LA PASIÓN y EL PLACER 2/2
Cuando llevas a cabo algo con éxito por primera vez experimentas placer, te produce un escalofrío tremendo, y según cómo, te deja en un estado casi subliminal, pero una vez se repite el cuerpo se acostumbra, y precisa de retos más elevados, nuevos o no. No es lo mismo cuando esperas el primer hijo que en los sucesivos. El cerebro crea conexiones neuronales que provocan en el individuo una merma en el impacto de la sensación placentera y, una vez que se repite, la satisfacción disminuye, provocando a veces el efecto contrario. Podemos pensar en un drogadicto, en un jugador compulsivo, un adicto a los videojuegos o en un loco de la bolsa. Las primeras veces sienten un enorme placer y este va disminuyendo. A medida que continúa, necesita más y más, y el placer empieza a mezclarse con la frustración. Así sucede a veces con los éxitos empresariales, con los objetivos que nos marcamos: siempre más y más; el primer millón nos sabe a gloria, pero el resto siempre es más y más. Ya sé que a veces amodorra o atonta.
Nos morimos de placer, dice el dicho popular, no de pasión, entonces, ¿qué nos moviliza más?
¿Es bueno crear adictos al éxito en las organizaciones? Estudiantes que se suicidan si no sacan la mejor de las notas o directivos que se tiran por las ventanas sino consiguen los mejores resultados. El éxito se suele colar en la gloria personal (ego), por encima de otras consideraciones, por eso requiere de ser amaestrado en su origen. El placer es adictivo; si no somos capaces de controlar ese deseo tampoco seremos capaces de saborearlo. La pasión guarda el peligro de encerrarse en sí misma, y cree tener siempre razón. Frases gratuitas que lanzamos de forma automática como “Tú puedes”, “Puedes dar más, porque tú vales”, hemos de ponerlas en cuarentena. La pasión tiene puentes con la esperanza, alberga conseguir objetivos, y uno de sus dibujos es la desesperación. He visto a muchas personas destrozadas, llenas de ansiedad, frustración e incluso agresividad, cuando por ejemplo se produce una vacante en la organización y esa persona que tanto vale no es promocionada, o incorporan a alguien del exterior.
Deducimos que la pasión requiere de una segunda pregunta y respuestas sinceras, y es saber si es provechosa. Además de hacer lo que me gusta, debemos sondear a quien nos rodea: ¿coincides conmigo en que soy bueno en esto que hago, o que tengo potencial para ello? Es mejor no dar mensajes lanzando la pasión como arma, ya que si no se tiene talento para sacar provecho de él, a lo mejor es más interesante redirigirla y no mantener lastres, frustraciones y rencillas en las organizaciones. ¡No todo el mundo vale para todo! Y aunque valga, ha de sortear el tema de la voluntad, cuyo adiestramiento requiere sacrificios, lista de deberes, responsabilidades, ética y tiempo.
En ocasiones el empeño insano mata. En Moby Dick, la tiranía que muestra el capitán Ahab no es compatible con el placer; es cierto que en ocasiones lidera maravillosamente, hace soñar, pone valores en juego, y une a una tripulación multicolor en un objetivo común. Pero, no nos engañemos, esta es una historia de una obsesión, no refleja la pasión por la pesca. Y en algunas empresas, sucede lo mismo, o se encuentran en vías de. ¿Cómo una pasión traspasa el límite?, es una pregunta interesante, del mismo modo que ¿cómo puede ser consciente un directivo o un empresario de ello?
Por contra, hay personas que no han descubierto cuál es su pasión; y ahí el líder ejerce su labor, le orienta y le ayuda a desarrollarla. El viejo adagio nihil volitum quin praecognitum (no se quiere nada si no se conoce antes), lleva al líder a mover la silla a su gente, hacerles unos exploradores, y en ocasiones a dirigir sus energías a ámbitos hasta ahora insospechados por el interesado. También en esta frase se percibe una inferencia hacia el placer, además de la pasión.
En todo caso, la sociedad y las empresas cuentan con buenas dosis de gente locamente pasional, ellos son los que cambian el mundo. Como escribe Gary Hamel, ‘la pasión es la salsa secreta que convierte las ideas en logros’. ¡Bendita pasión!
Publicado en Indicador de Economía, julio 2014